
Ver es a menudo distanciarse para comprender el mundo y el arte es una gran herramienta que nos ayuda en esa comprensión…
El agua es un elemento fundamental de la vida, en mi Galicia natal, convivimos con ella, la queremos y odiamos a partes iguales. Pero cómo ha tratado el arte y los artistas este tema a lo largo de la historia. Te interesa? Pues quédate que además te planteo un juego.
A lo largo de la historia la veremos representada como símbolo de la vida, como lugar de encuentros comerciales, a través de la numerosa representación de puertos, pero también con fuente de naufragios. A menudo, al pensar en agua y arte, pensamos en una marina, pero hay mucho más. Vamos a ver cómo ha ido evolucionando a lo largo del tiempo a través de una serie de obras de arte que considero imprescindibles. Empecemos con el Renacimiento.
El Renacimiento: agua como representación mitológica
El nacimiento de Venus de Botticelli
Autor: Sandro Botticelli (c. 1483/85).
Técnica: Temple sobre lienzo
Medidas: 278,5 cm x 172,5 cm
Ubicación: Galería de los Ufiizi (Florencia).
Esta obra marca un hito en la representación del agua en el arte renacentista. En ella, el mar se convierte en cuna de la belleza y la divinidad. El artista intenta representar el nacimiento de la diosa del amor, la Afrodita de los griegos, es decir, a partir de la descripción mitológica, genera esta imagen de una belleza y equilibrio maravillosa. Cuenta el mito que Saturno (Cronos), dios del tiempo, desgarra y lanza los genitales de su padre Caelos (Urano), lo que fertiliza el mar. El roce de la espuma engendra a Venus que, con la ayuda del viento, es transportada hasta las orillas de la isla de Chipre en una concha marina. Si analizamos la imagen, los distintos elementos de la historia aparecen representados para generar ante nosotros a través de la luz, ese momento de la llegada a la orilla.
El paso de la laguna Estigia de Patinir
Autor: Joachim Patinir (c. 1520/1524)
Técnica: Óleo sobre tabla
Medidas: 64 x 103 cm
Ubicación: Museo Nacional del Prado (Madrid)
Esta obra presenta una visión más sombría del agua. A menudo los títulos son fundamentales en arte, ya que con él, el artista nos sitúa ante el tema. En esta pintura somos conscientes de que no se trata de cualquier laguna la representada, sino de la Estigia que divide el mundo de los vivos y los muertos, sirviendo como metáfora del tránsito entre la vida y el más allá. Por lo tanto el barquero que protagoniza la escena, no es cualquier barquero, sino concretamente Caronte, que espera su pago con las monedas depositadas en los párpados de los muertos.
A estas alturas estaréis pensando, debería haber puesto imágenes.. es verdad.. pero son obras de las que no os costará encontrar reproducciones, yo os planteo un juego. He realizado una acuarela en la que he incorporado fragmentos de estos dos cuadros, buscad a ver si identificáis a qué cuadro pertenece cada uno… La obra resultante está disponible en mi tienda on line, pincha aquí para verla.
En el Renacimiento el agua aparece no sólo dentro del arte (entendido como género pictórico) sino también desde ese interés científico típico de esta época, así como dentro de la arquitectura, con la aparición de los característicos jardines renacentistas.
Figuras como Leonardo da Vinci, lleva a cabo numerosos estudios de carácter científico, sobre caudal y flujo de agua, sobre todo del Río Arno, que cruza Florencia. En sus numerosos cuadernos aparecen anotaciones y dibujos sobre este tema, de hecho Leonardo desempeñó el puesto de Ingeniero hidráulico (o “maestro del agua”) entre 1500 y 1506. Destacan sus dibujos de agua corriente en movimiento, combinando la observación científica con la expresión artística.
Relativo a los jardines renacentista, y por no salir del ámbtio artístico, una obra en la que el agua no es el emento fundamental, pero que aparece representada, es en El Jardín de las Delicias de Hieronymus Bosch en el que se incluye varias fuentes fantásticas en su panel central. Estas fuentes, de formas extravagantes y surrealistas, contribuyen al ambiente onírico y simbólico de la pintura.
Vamos a dar una pequeña pincelada, a la decoración de salas por medio de frescos, citando la sala de Constantino en el Vaticano, pintada por Rafael y sus discípulos ( los trabajos finalizan en 1585), y aunque bien es cierto que el agua no es el tema, sí que aparece representada, en las escenas del bautismo de Constantino, y la escena de la batalla del Puente Milvio.
El agua en el arte renacentista trascendió su papel como simple elemento decorativo. Se convirtió en un símbolo poderoso de vida, pureza y transformación, reflejando la fascinación de la época por la naturaleza y sus fuerzas. Ya sea en pinturas, esculturas o jardines, el agua fue un medio a través del cual los artistas renacentistas exploraron temas filosóficos, científicos y estéticos, dejando un legado duradero en la historia del arte.
Creo que esta frase de Leonardo, resume a la perfección lo que el agua supuso en el arte del Renacimiento:
“El agua es la fuerza motriz de toda la naturaleza”