Viriditas
Del latín, literalmente “verdor”. Significa vitalidad, fecundidad, exuberancia o crecimiento.
Esta exposición lleva este título, inspirado en la figura de Hildegarda de Bingen (S. XII), una mujer avanzada a su tiempo, que entre otros muchos temas, reflexionó en sus escritos sobre la naturaleza como viriditas, dotándola de una capacidad de reacción y sanación, una cosmovisión donde la muerte genera la vida, y en la que la naturaleza siempre se abre paso. Un sistema filosófico que creó, basado en el vínculo que existe entre la salud del planeta y la salud física y espiritual del ser humano, a esta relación la llamó viriditas. Se la considera precursora de la ecología. Hablamos de sentir la viriditas, cuando nos fascinamos antes la contemplación de una planta o una flor, de la naturaleza, en definitiva.
Un siglo antes, en Francia, san Bernardo describe los jardines de la abadía de Claraval y dice: ” El enfermo se sienta en el verde césped (…); sus sufrimientos se calman al inspirar por la nariz los aromas de heno. Sus ojos descansan en el verde encantador de los árboles y la hierba(…). Acaricia sus oídos un dulce y armonioso coro de aves de variopinto plumaje. (…) la tierra exhala fecundidad, y la vista, el oído, y el olfato del enfermo se recrean con las delicias de colores, cantos y perfumes” ( extraído del libro “La mente bien ajardinada” de Sue Stuart- Smith, Editorial Debate).
Una exposición enmarcada dentro de la Fiesta de la Luz, una jornada de puertas abiertas, que coincide con la festividad de Santa Lucía, que las culturas del norte celebran, como ese momento en el que los días comienzan a crecer y se camina hacia la luz. Dado que este elemento es fundamental en mi discurso y en mi trabajo, por segundo año, celebramos en 2023 nuestro viaje hacia la luz, con la naturaleza y el verdor, como hilo conductor.
En esta exposición, se podrá ver una amplia colección de acuarelas: Viriditas y Monofía del luz en verdes. Además de una instalación interactiva inspirada precisamente en esta idea de verdor y de cómo la contemplación de la naturaleza puede sanarnos.
Todas las acuarelas que se muestan están realizadas en papel de cáñamo, algodón o bambú.









