El río Umia nace en Forcarei, y se trata de un río plagado de leyendas y lugares mágicos. Se dice que en él se hacían los llamados “bautismos prenatales o anticipados”, consistentes en bautizar al feto cuando aún se encontraba en el seno de la madre, es decir, aún en estado de gestación. Se realizaba a las doce la de noche sobre un puente con presuntos poderes mágicos e iba dirigido a mujeres que con anterioridad habían sufrido algún aborto, de tal manera que practicando este tipo de bautismo prenatal, lo que se perseguía era el afianzar el embarazo hasta el feliz nacimiento del niño.
En un punto de ese río comencé a realizar acuarelas en el verano de 2020, buscando lugares poco frecuentados, debido a la necesidad de la distancia interpersonal con motivo de la pandemia que se desató ese año. Los veranos siguientes he seguido visitando ese lugar y haciendo numerosas acuarelas, todas diferentes en las que el protagonista es siempre el mismo: el verde.
Acuarela realizada sobre papel Hanhemühle bambú in situ en unos de los numerosos cuadernos que siempre me acompañan.
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