Mis cuadernos me acompañan siempre, y aquel día estaba un día bastante malo, llovía a ratos y hacía mucho frío. A pesar de todo saqué mis acuarelas, quería terminar pronto, pero quería captar el contraste de luces que veía, el viento no facilitaba la tarea, unido al carácter satinado del papel. Y este fue el resultado, en el momento no me gustó, y sin embargo ahora adoro su composición y contraste, quizás la menos “figurativa” de mis acuarelas, y sin embargo tiene una magia que me encanta.
Acuarela realizada en papel Hahnemühle satinado, 27*21 cm.
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